Por María Espinoza 26/11/2012
Biografía
Nací en La Habana, en el seno de una familia de artistas, mi padre Dagoberto Ramos, escultor que realizara el Valle de la Prehistoria en Baconao, fue mi primer y gran maestro y el que mayor influencia ha ejercido en mi obra.
Estudié Bellas Artes en el Instituto Superior de La Habana. Al terminar mis estudios trabajé como diseñador publicitario. Desde 1989 fui miembro del Movimiento de Creadores Independientes y desde 1992, miembro de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas. En 1996 hice una maestría en “Pintura Mural” en la Universidad de la Habana y en 1997, una maestría en “Artes Plásticas del Caribe” bajo la dirección de la doctora Yolanda Wood.
Mi actividad cultural en la Habana era intensa, exponiendo tanto dentro como fuera de la Isla (Venezuela, México, Italia, España). Fue en 1997 en uno de esos viajes que estuve exponiendo en Santander donde conocí a la que hoy es mi esposa, nos presentó un amigo común. En el 2000 nos casamos en La Habana y vine a vivir con ella a Santander. Estuve exponiendo en varios sitios, tanto exposiciones individuales como colectivas, entre ellas, en el 2001, en la prestigiosa Feria Internacional de Arte que se realiza en Santander y en la que tuve el placer de coincidir con el artista cubano Roberto Fabelo.
En el 2010 vine a vivir con mi mujer a Valencia donde actualmente resido y trabajo.
A petición de mi amigo y talentoso músico cubano Javier Zalba realizo la ilustración de la portada del libro homenaje “Suite exposiciones” que le dedicara Zalba al maestro cubano Paquito de Rivera.
Ya en Valencia en 2010 expuse en la galería Arte Altea, en 2011 en la galería O+O que dirige la artista y amiga Enriqueta Hueso con la que actualmente trabajo y en 2012 en el Museo de la Luz en la Bienal Internacional de Arte de Madeira en Portugal.
En esta entrevista el artista habla de su arte, el surrealismo, su técnica y proyectos futuros.
¿Recuerda su primera fascinación, la primera vez que le urgió plasmar, volcarse sobre un lienzo?
Sería difícil definir cuándo empezó mi interés por el Arte, ya que desde pequeño mi casa fue lugar de reunión de diseñadores, poetas, fotógrafos, pintores y coreógrafos, pues mi padre siendo escultor y mi madre coreógrafa no tuve otra opción que asimilar y estar en contacto directo con la cultura nacional cubana. Supongo que como muchos pintores, los primeros trabajos fueron sobre papel, no lo recuerdo exactamente, pero sí recuerdo ver trabajar a mi padre y sentarme a su lado durante mucho tiempo observando como trabajaba. Recuerdo con nostalgia que hablábamos mucho mientras pintaba y sin saberlo se convirtió en mi primer maestro y, como es lógico, influyendo en mi carácter pictórico fundamentalmente.
¿De qué maestros del surrealismo cree haber recibido influencia? ¿Tiene en la actualidad algún punto de referencia importante?
En mi caso la influencia viene de muchas direcciones, tendría que hablar de mi propia casa, donde comenzó todo… Tendría que hablar de Roberto Fabelo, Eduardo Abela, y en la literatura Rinaldo Arenas y Paul Eluard. Pero para mí, el que más fascinación me produce es el Bosco, lo considero el primer surrealista de la historia del arte.
Ya cuando empiezo a exponer en Europa puedo ver la obra de Yves Tanguy, Dalí, Chirico, y para mí el más interesante y singular, Magritte.
¿Cómo logra desarrollar, desde la técnica, una pintura?
Algunas de mis obras son el resultado de bocetos, pero la mayoría parten del lienzo en blanco y simplemente me dejo llevar. No sigo normas ni soy perseguidor de tendencias aunque ambas son válidas para un resultado positivo, si mantienes una observación objetiva. Hace tiempo que me preocupa menos el resultado técnico y dejo que la obra me diga hasta dónde llegar.
El arte surrealista, para usted, ¿tiene un fin en sí? En todo caso, ¿qué ha aportado el surrealismo al arte?
El surrealismo como todos los demás estilos supuso un cambio de mentalidad en los artistas repercutiendo en la sociedad de manera directa, así como en el teatro, la danza contemporánea o el cine, pero está claro que ninguna manifestación del arte surge por casualidad, simplemente es un reflejo de la realidad dando como resultado ese cambio vital, ese cambio afecta a todos y a su vez se retroalimenta de ella.
No fue diferente para los estilos anteriores y no creo que cambie, hemos llegado hasta aquí a fuerza de constancia y mucha pero mucha curiosidad.
¿De qué manera logra algo tan difícil como plasmar lo onírico de la pintura?
Evidentemente el subconsciente hace su dominante papel, muchas veces partimos de un pensamiento que se convierte en boceto pero de ahí al resultado final hay casi siempre una transformación necesaria que no es impuesta ni obligada, simplemente sale y se desarrolla como cualquier otra idea. En mi caso tomo de la realidad lo que me interesa y entonces surge la transformación sin darme cuenta.
¿Cómo lleva la libertad el artista surrealista? Alguna vez, ¿ha mantenido una relación conflictiva con la pintura?
No soy consciente de ningún conflicto con la pintura, no soy consciente de ello, como tampoco puedo definir como me convertí en surrealista, simplemente trabajo siguiendo mis instintos sin pensar en ello y generalmente de una obra surge la siguiente, no creo tampoco en inspiraciones…. eso es un invento literario, el conflicto lo tengo con el trabajo diario, cuando ya estoy deseando terminar un cuadro para empezar el próximo. Hace años trabajaba mayoritariamente al óleo y lo abandoné por el acrílico buscando un resultado más inmediato
¿Cuáles fueron las dificultades más grandes que se encontró en el camino para ser artista?
Hay que pensar que la política marcó y sigue marcando a toda una generación de cubanos, y los artistas no estuvimos exentos de ello, en mi caso busqué mi identidad en la pintura pero me di cuenta que no era necesario.
Cuando empecé a viajar al extranjero entendí que no tenía que buscar nada, porque Cuba se iba conmigo de alguna manera, simplemente soy lo que soy y nada más, eso ya no es una preocupación para mí. Después pasan los años y la experiencia te favorece técnicamente, pero eso también supone nuevos retos personales porque no estás conforme y quieres continuar.
¿Y cómo es el surrealismo cubano? ¿Hay algo que lo define?
No es difícil definir el surrealismo cubano para quienes conozcan la realidad de la isla, siempre digo que son sinónimas. Pero hay un patrón que se repite en la pintura cubana que es el colorismo y la fuerza, muchos entendemos este resultado como una manera de liberación, pues reflejamos nuestras ideas porque eso es algo que nadie puede quitarnos. Los artistas cubanos somos el resultado de las condiciones sociales que nos ha tocado vivir, recuerdo que en Cuba llegué a pintar con betún porque no tenía materiales para trabajar, somos el resultado de lo vivido aunque muchos reniegan de esa época vivida y que nos ha hecho lo que somos hoy en día. Cuba es ahora mismo el surrealismo en sí mismo, solo que con un toque de café, tabaco y sol… con pinceladas de rebeldía.
¿Cuáles son sus proyectos futuros?
No me gusta mucho hablar de mis proyectos, recientemente participé en la Bienal de Arte de Madeira y hay alguna expo pendiente por Roma, pero de momento continuaré trabajando con la galería O+O de Valencia bajo la representación de Enriqueta Hueso, artista incansable y buena amiga.
Más bien tengo muchos sueños y deseos de continuar pintando sin pensar mucho que pasará después.